Los conceptos que se imponen en alma de este proyecto son la dualidad del espíritu del caballo, el blanco y negro. Por un lado el vigor, ímpetu, dinamismo y fuerza que emerge y se eleva como un salto desde la tierra, y por el otro la calma que inspira su quietud y mansedumbre, logran amalgamar tanto la experiencia de recorrer sus instalaciones con el disfrute, apelando a las sensaciones, con elementos tectónicos propios de un espacio en comunión con la naturaleza, transformándose en el primer proyecto gastronómico-turismo de categoría e influyente de la zona central de Chile.
Está situado en las afueras de la capital Santiago, a unos 60 kms . En el sector de Melipilla en la Cordillera de la Costa chilena.
Melipilla del Mapudungún, Meli (cuatro) y Pillán (espíritu) concepto fuertemente arraigado al proyecto desde un comienzo, define entonces, su posicionamiento en el terreno disponible. Se percibe como 2 elementos sobre taludes, el caballo blanco y el negro girando en relación a estos cuatro espíritus mapuches.
El conjunto está inserto en la naturaleza, tiene las mejores vistas abiertas al llano y hacia el oriente las altas cumbres nevadas de la Cordillera de Los Andes. Está ubicado en un lugar con historia campesina y patrimonial chilena, rescata la tradición cultural y folclórica del caballo, en su forma y articulación de los espacios, además de que su entorno brinda al visitante lo mejor del valle central, tanto en su ambiente, colores , aromas y gastronomía típica de la comida chilena.
Posee una conectividad única por estar en medianía y ser un punto estratégico hacia las zonas urbanas, portuarias y los principales valles vitivinícolas del país, convirtiéndose en un eje económico capaz de vincular la el centro neurálgico metropolitano Santiago hacia el sur a través del camino de la fruta con Rancagua y lago Rapel como también conectar con el litoral costero de Viña del Mar , Valparaíso , San Antonio y Pichilemu.
Estas disposiciones en su ubicación logística, su arquitectura, hotelería y gastronomía que logran rescatar a cabalidad el espíritu de esta localidad. Hacen de este proyecto un espacio particular al conjugar cada una de estas características en un solo lugar con los más altos estándares de calidad, diseño y confort que el visitante necesita.
El proyecto nace bajo la necesidad del cliente de diseñar un restaurante que acoja la variada e innovadora gastronomía que realiza actualmente junto con una cava de vinos de uso comercial. En una segunda apuesta un hotel –spa no solo de uso para el pasajero, sino que también para los habitantes del sector. Ligado a esto, la propuesta debía incorporar elementos de la tierra como son el color del barro o greda típico de la artesanía de la comunidad, además de reflejar la pasión del cliente por la cultura ecuestre, haciendo referencia a la forma y movimientos de este animal, como también a la hazaña obtenida por Chile en salto alto ecuestre en 1949, al marcar el record del mundial de 2,47 mts. Que será la referencia utilizada para la altura de los taludes que sostiene una de las estructuras.
Se crean 2 elementos de características opuestas, por un lado está el volumen oscuro, el caballo negro, en contrapunto está el caballo blanco.
Es así que el caballo negro se muestra elevado, activo, ligero como un caballo en salto, vibrante en el exterior, con espacios abiertos, como terrazas, miradores y anfiteatros, logrando transportar todo este dinamismo al interior, a las áreas de salones y bar, se observa como en la parte central donde se encuentra el fogón, se asemeja al corazón en analogía con el interior del animal. Entonces, se percibe como un órgano latente que envuelve al comensal y hace más exquisita su experiencia.
Para acentuar esta idea de movilidad se decide sumergir las dependencias de la cava, y completar la sensación de salto, al llevar todo lo que respecta al mundo del vino a un subsuelo habitable, que no solo se utilice para almacenaje, sino para la exposición y cata de las distintas especies vineras del país.
El caballo blanco, este volumen llama a la calma y la quietud, se posa en el plano abriéndose a los espacios y al entorno. Su horizontalidad favorece el dominio de las vistas, desde las habitaciones y en áreas comunes recibe el paisaje del campo, los viñedos y de la cordillera y lo incorpora al interior, por medio de texturas suaves, livianas y translucidas, generando espacios amplios y serenos, marcando un sello hotelero que invitan al reposo y a la tranquilidad.
Desde un comienzo se consideró la historia de Melipilla, desde su emplazamiento, el color, textura e imagen de su tierra y la tradición campesina del caballo.
Se tomó extremo cuidado en el conjunto fuera un impacto positivo, manteniendo por ejemplo la escala de las construcciones, la horizontalidad , la integración con el paisaje, además de querer transformarse en el punto que vincula el área urbana y rural de esta zona, el fortaleciendo el uso de elementos autóctonos, en su arquitectura y preparaciones culinarias.
Así también será reconocido como un foco turístico y el principal centro gastronómico gourmet de la región, generando trabajo directo sino que también cientos de oportunidades y enlaces que de forma indirecta beneficiara otras tantas personas.
El conjunto posee estándares de calidad de alto nivel tanto para los productos que se exhiben como para los usuarios. Al ser un proyecto horizontal, cuenta con rampas de acceso y desplazamiento, en todos sus niveles tanto para discapacitados como para personas con problemas de traslado, además considera en zonas de alturas barandas de apoyo y de demarcación.
El proyecto presenta tecnologías hacia aprovechamiento energético en sus instalaciones y en el funcionamiento de estás, como son en la aplicación de la iluminación y almacenamiento en cavas, además de la eco-eficiencia en la proyección de los espacios. Por ello al momento de querer incorporar la obra al paisaje, no solo se busca la imagen de este, sino que también, aprovechar las condicionantes naturales propias del terreno en favor de la propuesta un ejemplo es el control de la temperatura, se hace al situar el restaurante opuesto al norte, este volumen protege y da sombra adecuadas para el clima mediterráneo, que en promedio anual posee una temperatura de 18°C, pero que en época estival, se mantiene sobre los 30°C. Por el contrario en el espacio hotelero, se privilegia el asoleamiento, tanto para las habitaciones como al área recreativa de las piscinas exteriores.
Luego entre los volúmenes principales se genera un corredor verde en pendiente donde se cultivan viñedos, estos aprovechan el agua que se recibe en el roció en el riego, además de ser un protector natural desde y hacia el sector de piscinas.
Otro factor a considerar dentro de la eco-eficiencia fue el hecho de la reutilización de elementos constructivos como son los ladrillos de la base de los talud son reciclados de una industria de trigo Inglesa de alrededor de cien años, pertenecientes a la familia del mandante, aspecto que gusto mucho al cliente, porque este nuevo proyecto se fundaba sobre soportes familiares. También toda la madera utilizada en el lounge es reciclada de catorce vigas de roble ingles de la misma industria.